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lunes, 25 de enero de 2010

Cabra de Santo Cristo


Este municipio de la comarca de Sierra Mágina ocupa el espacio oriental de la misma y se encuentra mirando hacia la sierra de Cazorla y el río Guadiana Menor, en un espacio de tierras áridas y erosionadas que configuran espacios naturales únicos en la provincia. 

La mitad de su término municipal es tierra de cultivo en la que predominan los cultivos herbáceos de secano, que casi duplica la superficie del olivar. En las tierras no labradas se reparten la superficie entre los pastos permanentes, terrenos forestales y tomillares y espartizales. La ganadería, principalmente ovina, completa la dependencia económica del sector agrario.



Patrimonio Historico

Iglesia de Nuestra Señora de la Expectación


 La categoría artística del templo es indiscutible. Su traza se hizo en el siglo XVII y sus obras las dirigieron maestros de la categoría de Juan Aranda Salazar o Eufrasio López de Rojas. "Se trata de una iglesia del barroco temprano –sintetiza Lázaro Gila– dotada de una gran sencillez, gravedad y elegancia". Además de la unidad armónica del conjunto llama la atención la torre por su rítmica composición; el retablo de su capilla mayor por su dinamismo, teatralidad y calidad de su talla de madera; y la portada principal, de logrado clasicismo. Entre los materiales constructivos figuran la cantería, el asperón y la mampostería.
 
Su planta es de cruz latina, con una sola nave con bóveda de cañón, y el crucero, al que se accede a través de grandes arcos torales, se cubre con media naranja sobre pechinas con pinturas de evangelistas en el crucero. A cada lado, tres capillas separadas por machones con interesantes retablos. El juego de líneas verticales y horizontales y la distribución de la luz aumentan el efecto de grandiosidad espacial.


La fachada principal, separada por dos molduras, cuenta con una portada de Juan de Aranda que intensifica la sensación de verticalidad sin renunciar al canon clásico. 

Abre el templo un arco de medio punto enmarcado por pilastras, en un segundo piso un frontón triangular roto da paso a una hornacina que acoge una escultura contemporánea de la Virgen, con los escudos a los lados del patrono Jerónimo de Sanvítores, y lo corona otro frontón curvo para exhibir el del cardenal Moscoso. En el tercer cuerpo, un vano muy verticalizado con moldura termina de configurar la estructura alargada y piramidal.

La torre, levantada por Fernández Clabijo, es de planta cuadrada, tiene tres cuerpos, el de campanas es más pequeño, sus esquinas son achaflanadas y lo cubre una bóveda con anillos concéntricos. Al otro lado no se llegó a levantar otra torre y se recurrió a una solución escurialense: un estrecho muro sobre placa con roleos y coronado por una bola maciza.

Lateralmente tiene otra portada, la del Sol, obra de Eufrasio López de Rojas, más sencilla iconográficamente que la principal. Consta de arco de medio punto, pilastras, ventana y escudos de José de Sanvítores y del obispo Andrade de Castro.


El magnífico retablo de la capilla mayor se levanta sobre un basamento de mármol y fue tallado entre 1754 y 1759 por Francisco de Briones. Consta de tres calles y otras dos pequeñas en los laterales. Grandes ménsulas, cornisas partidas, estípites y otros elementos rococós tanto vegetales como rocallas lo decoran. En la calle central se sitúa el lienzo del Cristo de Burgos rematado por una gran corona. Otro elemento de interés es el púlpito, rico en mármol y en decoración, cincelado por José Guerrero.


El templo fue declarado en 1981 Bien de Interés Cultural.

Casa Grande

Estamos ante un interesante ejemplar de casa típica del barroco pleno –finales del siglo XVII o comienzos del XVIII-, donde aún hay una presencia muy rotunda de los elementos de tradición mudéjar, estando muy bien resuelta su gran fachada, pues de su interior únicamente destaca la cúpula sobre pechinas que remataba originariamente la caja de la escalera.

En el primer piso, cuya portada, de arco apainelado, no aparece centrando el conjunto, sobresalen sus hermosas ventanas adinteladas, coronadas por hermosos frontones curvos y rotos. En el segundo, el más noble, se cambian los ritmos, pues son pequeñas ventanas adinteladas con el mismo tipo de frontón, excepto el situado sobre la puerta que es un gran balcón enmarcado por un hermoso alfiz, siendo además en ambos cuerpos de una gran calidad la rejería. Por último, una amplia y volada cornisa los separa del último con una proliferación de ventanas semicirculare

El Palacete
 
Con una estructura típicamente palaciega, donde por primera vez en esta localidad se incorpora a la construcción los nuevos materiales, como son el hormigón y el hierro, tiene por eje un gran elegante patio columnado del que arranca una magnífica escalera imperial de acceso a las galerías del segundo piso. 

 
Presidiendo el paño central de la escalera una copia relativamente reciente del Santo Cristo de BurgosPresidiendo el paño central de la escalera una copia relativamente reciente del Santo Cristo de Burgos
y en la parte baja de todos los muros, incluso en las habitaciones del primer piso, un alto zócalo de cerámica de Triana, con los más variados motivos decorativos –vegetales, geométricos, aves, etc-, constituyendo quizás el mejor museo o muestrario de esta histórica y tradicional cerámica sevillana por estas tierras.

En eje con la escalera, como mandan los cánones, la portada, un airoso vano con arco muy rebajado, enmarcado por delicadas pilastras, y la airosa fachada. Dividida en tres alturas, sobresale, especialmente, la gran balconada del piso intermedio, resuelto a modo de un espectacular mirador, donde hay un gran despliegue de los motivos decorativos. Por último, el tercer piso es una galería cubierta, con un tratamiento muy próximo al de una gran loggia renacentista.
Por fortuna nos ha llegado a la actualidad sin ninguna alteración que haya modificado su original conformación, incluso, y es muy de agradecer, con su mobiliario original, en gran medida también modernista. Por todo ello resulta un palacete realmente excepcional dentro del panorama artístico andaluz de comienzos del Siglo XX.

Hospital de la Misericordia

Hoy sólo queda esta curiosa portada, típica de un sencillo barroco. Se trata de un amplio vano adintelado enmarcado por unas amplias pilastras colgadas y unidas por un conjunto de molduras, a modo de alfiz, y coronado en su eje por el escudo del obispo de Jaén e inquisidor general, D. Agustín Rubín de Ceballos (1780-1793), sin duda lo mejor de todo el conjunto.

Ermita del Sudor del Stmo. Cristo de Burgos 

Se trata de una pequeña capilla cuadrada, con tejado a cuatro aguas, y cubierta en su interior con un interesante y proporcionada cúpula sobre pechinas. Éstas antaño estuvieron decoradas con pinturas murales de tema vegetal. Igualmente lo estuvieron las sencillas pilastras cajeadas que marcan los ángulos. 

Mas con todo ello lo más interesante es el cuadro del Santísimo Cristo de Burgos que aquí recibe culto, por fortuna, el original.


El Nicho de la Legua 

Originalmente construido en el mismo sitio donde cuentan que reventó la caballería que transportaba el lienzo del Stmo. Cristo de Burgos. Fue en 1899 cuando el prior Pugnaire, cansado de los constantes saqueos que sufría el anterior, decidió construir el que actualmente conocemos, por estar junto a la carretera que se acababa de trazar, aunque su idea era la de hacer una gran iglesia, la realidad del momento no lo permitía. 

Son muchas las litografías del Santo Cristo donde aparece el Nicho antiguo y dado que no está en un estado muy ruinoso hemos considerado oportuno incluir las fotos, entre las que están las de unas lápidas (una en cada pared) en las que aún podemos leer lo que hay escrito, excepto la de la cara sur que está muy desgastada por el efecto del tiempo.

Respecto al que actualmente conocemos, destacar que se restauró hace un año aproximadamente, y que el cuadro que aloja en su interior data del siglo XVIII.

Castillo de Bagtawira

Al este del núcleo urbano, coronando el pequeño cerro de San Juan se encuentra lo poco que queda de este castillo. Básicamente algunos vestigios, ciertamente muy insignificante, de lo que fue su muro perimetral, parte de una torre y unos escasos restos de otra segunda. Lo primero supera el metro de grosor, mientras la torre es de planta ligeramente rectangular y con un predominio del sillarejo.

Dominando la mampostería, con abundante yeso y barro, se tiene como una construcción cristiana, de la segunda mitad del siglo XIII, aunque sobre una base de clara ascendencia musulmana, Sin embargo, mientras no se lleve a cabo un estudio arqueológico serio y riguroso, en este punto nos movemos en el campo de la hipótesis.
Ya que, aunque la incorporación de esta localidad a Castilla tuvo lugar hacia 1245, durante el reinado de Fernando III, el Santo, quien la agregó al alfoz de Úbeda, donación ratificada nueve años después por su hijo Alfonso X, el Sabio; sin embargo, al ser una auténtica avanzadilla o cuña cristiana en el Reino Nazarí de Granada, quedó prácticamente deshabitada, convirtiéndose de hecho en tierra de nadie y, en consecuencia, escenario de las frecuentes razzias entre unos y otros, hasta la definitiva incorporación del Reino de Granada a Castilla por los Reyes Católicos (1482-1492).
Por eso sería, precisamente, en estos siglos de la Baja Edad Media cuando, al quedar deshabitado se arruinaría el castillo, acabando de completarse, hipotéticamente, a partir de 1545, cuando, una vez mandada repoblar la villa por el César Carlos V, precisamente con cincuenta vecinos de Úbeda, algunos de ellos utilizarían sus muros y torres como cantera para construir sus nuevas viviendas.


Casa de Arturo Cerdá y Rico

Curiosa es la casa que fuera de Arturo Cerdá y Rico, de Monóvar (Alicante), médico y amante de la fotografía que allá por principios de siglo obtuvo premios fotográficos en las exposiciones de París y Londres, y quien se hizo construir en Cabra esta casa, que está pensada exclusivamente para la fotografía.

Patrimonio Natural

El término de Cabra presenta desde el punto de vista de la vegetación una variabilidad asombrosa, por cuanto se encuentra formando parte de las últimas estribaciones hacia el este de la Sierra de Mágina y también del valle del río Guardiana Menor, caracterizado por su subaridez. Los elementos florísticos son numerosos al tener que colonizar distintos pisos bioclimáticos, desde los 460 hasta los 1433 metros, así como muy distintos tipos de suelos, salinos, yesosos, margosos, calizos, etc.

Sierra Cruzada 

En una de sus faldas se encuentra el núcleo urbano. Con alturas cercanas a los 1500 metros (El Buitre) posee una vegetación típica de bosque mediterráneo en las partes más bajas, donde abunda el pino carrasco, mientras que en las zonas más elevadas son diversos los arbustos y las hiervas aromáticas existentes. Es idónea para excursiones a pie, pues resulta muy panorámica. 


Para los que se atrevan con la espeleología, en la zona conocida como el Llano de la Sierra se encuentra la Sima. Asimismo se encuentran en esta sierra otras cuevas, alguna tan emblemática como la cueva de la Liota, o la cueva donde a finales del siglo XIX D. Fernando Gámez Vera encontró un interesante número de objetos prehistóricos. Sierra Cruzada es como la antesala de Mágina. Un pequeño macizo satélite que resulta un balcón perfecto para mirar hacia la cara sur y las cumbres de sierra Mágina, aunque si giramos nuestra vista el espectáculo en los días claros está garantizado.
 
Existe una pista que rodea la sierra con tramos en muy buen estado que discurre por interesantes lugares como el cortijo de El Buitre, Fuente Alta o Los Barrancos. Por esta pista podemos continuar hasta las vecina localidad de Solera o bien hasta la cortijada de Cújar. En las inmediaciones del cortijo del Buitre, existe un cruce con un camino en peor estado, que nos conduce a Bélmez de la Moraleda, pasando por Aulabar.

El Puente de Tierra

En la zona conocida como Las Ramblas, con cotas inferiores a los 600 metros, nos encontramos con un paraje sub-desértico donde la erosión ha excavado profundos barrancos. Capricho de la naturaleza, en uno de éstos barrancos se ha formado una especie de puente natural, con una luz de unos 20 metros cuya contemplación impresiona. Es el puente de Tierra.
A no mucha distancia de aquí hay una zona conocida como Los Torcales, donde se observa la sucesión de simas que ha ido excavando el agua en la tierra; aunque hemos de recomendar prudencia a los que se aventuren a conocer este paraje.
Hay pistas que llegan hasta muy cerca de estos lugares, si bien dependiendo de la época del año puede resultar difícil el acceso con determinados tipos de vehículos. Cualquier estación menos el verano puede resultar idónea para realizar este recorrido a pie.

Cabeza Montosa 

Enclave que mantiene una tupida vegetación autóctona donde predomina la encina, aunque son muy diversas las especies que aquí se pueden encontrar. De origen volcánico, el atractivo de Cabeza Montosa reside en su diferencia.
Resulta muy recomendable ascender a la pequeña cuerda de esta elevación para apreciar lo diferentes que son su cara norte y sur, además de observar los campos de cultivo de los llanos que se extienden a sus pies.

Encina Milenaria 

Encina de un porte excepcional, que con sus cerca de 300 metros de perímetro de copa, forma parte del catálogo de árboles singulares de España y se encuentra a la espera de su declaración como bien de interés natural.
Está situado en las inmediaciones de la Estación de ferrocarril, junto al cortijo de La Viña, en un entorno que antaño fue una rica dehesa y que actualmente está dedicado a la agricultura. El acceso es a través de un camino asfaltado en magnífico estado, que parte desde el paso a nivel que hay en la Estación.

Por las Estaciones 

Desde la Estación de Cabra y por un camino asfaltado podemos ir hacia la Estación de Huesa y pasaremos por unos parajes muy singulares con impresionantes vistas a la depresión del Guadiana Menor y a las Sierras de Cazorla y El Pozo. Pero desde estas altas llanuras también divisamos perfectamente la sierra Nevada, la sierra de Baza, sierra Arana y, como no, Mágina.

Ya en las inmediaciones de la estación de Huesa podremos visitar el barranco de Las Monjas, donde se encuentran unas interesantes casas cueva, la cantera de mármol, distante unos dos kilómetros de la estación de Huesa y cerros como El Chantre o Godoy, donde las vistas son inmejorables.
En lugar de volver por el mismo sitio es recomendable hacerlo por el carril que continua hacia Larva,  de manera que pasaremos por atractivos parajes como los Romerales, desde cuyas inmediaciones tomaremos la carretera que une Larva con Cabra.

La Cuerda del Cerro del Chantre 

Al este de la población, con unos 1220 metros sobre el nivel del mar, se trata de una de las primeras estribaciones de Mágina en el teórico corredor natural que une a este macizo con las hermanas sierras de Cazorla. Es una cuerda en la que se encuentran otras elevaciones como el cerro de la Umbría. Se trata por tanto de una avanzadilla muy cercana al Guadiana Menor, por eso desde aquí podemos divisar hermosas vistas de Cabra, toda Sierra Mágina, La Loma, la Sierra de Cazorla, Sierra de Baza y Sierra Nevada.
Existen varios caminos para llegar hasta aquí, aunque si no vamos a pie es recomendable la pista que desde Cabra discurre por la Alamedilla y crizando el barranco de los Asperones, asciende por el cerro de la Umbría (repetidores de tv), ya que ésta se encuentra en aceptables condiciones para un todo terreno y para bicicleta de montaña. También podemos ir por la carretera que pasa por la encina centenaria, hasta llegar al cortijo del Gamonal; desde aquí sube hasta el cerro una pista sin asfaltar que tendríamos que hacer a pie por estar cerrada con cadena.

 




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